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Es el tipo de persona que da el 110%; aquellos que dicen “Puedo hacerlo”, ¡Dame más! ¡Dame más!”. Es el que quisiéramos en nuestro equipo de trabajo o el que soñamos ser; aguerrido y dispuesto. Él o ella todo el tiempo están pensando en el proyecto, no tienen horario fijo. Pero a la vez, corren, tienen irritabilidad, no descansan y ven que los demás no van a su ritmo. 

No se da cuenta de que está en grave riesgo, pues con el mito “Si lo doy todo se darán los resultados” se ciega, y no ve en donde está cayendo. La realidad de cualquier negocio es que las cosas no salen siempre como queremos y el sobre empujar, forzando tu maquinaria personal, hace que, silenciosamente y sin que te des cuenta, vayas entrando a un espiral sin salida llamado BURNOUT.  

Vivimos en la utopía de que “ahora que lo logre” voy a relajarme y esa es la trampa que conlleva a sentirnos frustrados, vacíos y algo dentro de nosotros empieza a sentirse apático y apagado. Hasta llegar al punto donde el espíritu emprendedor se va secando y por más que quieres, te sientes muerto en vida, totalmente agotado. 

La opinión de otros puede ser de utilidad, pero en algunas situaciones están muy distantes de saber la verdad o al menos tu verdad. Si tú no te das cuenta y arbitrariamente abandonas tu certeza, caíste en la trampa. Esto consiste en tomar la opinión de otros sin darte cuenta de que lo hiciste y tirar tu verdad por la ventana, dudando de ti mismo. 

Pero esto no termina ahí, vuelve el lunes y aun con ese gran agotamiento, sigues y sigues, hasta que de repente te encuentras sin pasión, sin energía.  

Este síndrome es el gran enemigo de los equipos de trabajo, porque va convirtiendo en robots, con fricciones entre el grupo y no saben qué hacer con su agotamiento. 

Alguien que vive en este agotamiento laboral, tardará al menos 2 años en recuperarse y retomar su vitalidad y pasión.  

En tu proyecto se requieren humanos, que honren el tiempo y descanso. Necesitamos personas que trabajen menos y produzcan más, que realmente sean felices desarrollando sus habilidades y se sientan apasionados por el lugar donde están y lo que desempeñan. 

Si tienes duda, de tener o no burnout, llámanos y te apoyamos en reactivar tu energía. 

¡Milagros y bendiciones! 

Rosy D’Amico