Amor autocuidado Meditación Mujeres stress Vida

Cuando empieza esa búsqueda de ti mismo, del ingrediente que falta para darle sabor a tu vida, no sabes qué es, pero solo sabes que lo necesitas y tienes que ir por eso. 

En esta etapa se lucha, puede ser que entres a curso queriendo ser mejor, probando cosas diferentes, buscando cómo encontrar eso que sientes que te hace falta. 

Vas logrando pequeños resultados, nuevos cambios, aprendiendo cómo llevar tu vida de una mejor manera. Pero todo lo haces desde tu lugar seguro, que muchas veces son esos recuerdos de dolor, el estar anclado en el pasado y no atreverte a soltarte.  

Pareciera como estar en un río rápido, agarrado de una piedra, sabes que estás seguro, pero cada vez es más cansado y te sigues lastimando. No quieres soltarte de esta, pues, se ve riesgoso, pero sabes que es lo único que te podrá llevar a la orilla.  

Muchas veces puedes decir “…Me siento mejor que antes”. Pero ahora es momento de verdaderamente cerrar este capítulo en tu vida. 

Cuando un pajarito nace y rompe el cascarón donde se formó, se queda ahí un tiempo agarrando fuerza, le trae la mamá de comer, descansa y se prepara para volar. Él ya hizo su esfuerzo de romper su cascarón y estar con vida. Entonces, después de algún rato de recuperar fuerzas, se pone de pie y empieza a practicar volar y pronto dejará su nido. Y aquí hay dos cosas importantes, una es que el pajarito recuerda la calidez de su cascarón, lo cual le da seguridad, pero, por otro lado, sabe que ya tiene que volar porque es lo que le toca. 

El cascarón vacío es un comportamiento que muchos mantenemos, es un lugar seguro de enojo, tristeza, añoranza, etc., que sirvió como protección, pero ahora sabes que ya no sirve. Tal vez has ido a terapia para sanarlo y así ha sido, pero sigue apareciendo como una opción de comportamiento. El cascarón ya no da lo que antes te ofrecía, ya posees más herramientas y sabes que tienes que volar.  

Así que es momento de cerrar ese capítulo y despedirte de él. Siempre estará en tus memorias, tal vez no es algo de lo que te sientas orgulloso, pero fue experiencia que ayudó a sobrevivir, que ya pasó, terminó y ahora es tiempo de nuevos comienzos. 

Cuando has vivido situaciones difíciles o estado en el hoyo, la urgencia de sobrevivir y salir de ahí a veces no permite que te des cuenta de que ya tienes las herramientas para salir y seguir con tu camino. Mantenerte en el cascarón se vuelve una forma de vida, estar luchando, saliendo y esforzándote. 

Pero hoy es momento de que ya dejes ese cascarón y te vayas a volar a tus cielos, ya que te necesitas completo y fuerte en este mundo; es momento de que cierres este ciclo.  

Aunque no lo creas estar mal, tiene su recompensa y su parte cómoda porque no te deja salir de tu zona de confort. Practicar estos nuevos aprendizajes ayuda a que los reconozca tu cuerpo como algo natural y los tome como propios.  

EJERCICIO: 

Date unos minutos: piensa en una forma de despedirte de él  

Crea un ritual de despedida de tu cascarón vacío.  

Agradécele, perdónalo, dejándolo ir. 

Da la bienvenida a los nuevos comportamientos. 

¡Milagros y bendiciones! 

Rosy D’Amico