Alguna vez te has tenido una gran idea y al momento que llegas con alguien a platicarle, su comentario te hace sentirte incomod@.
Considerando la idea de que algunas personas dan su opinión como si fuera verdad absoluta. Puede que para el que los escucha no sea así, pero para la persona que lo está diciendo, aun siendo con la mejor intención, en algunos momentos sus opiniones las dirá como hechos consumados.
Este fenómeno no está limitado a relaciones, puede ser un extraño, un comercial con un comentario simple puede hacer que te pongas a dar vueltas en ti mismo y empezar a preguntarte sobre ese tema, sin cansancio.
El estar dudando de ti empieza cuando piensas que no estás seguro y te lleva a preocupación y al estrés rápidamente. Los procesos mentales están como una ardilla dando mil vueltas, como un laberinto que quiere encontrar la salida a un punto y te metes en caminos que te pierden y lo peor es que te llevan a caminos sin salida. Lo cual preocupa a la persona.
El dar vueltas en sí mismo puede durar segundos, horas, días y mucho más, pues en algún momento te detuviste en ese punto, es por eso que te sientes atrapado y atado a ese momento.
La opinión de otros puede ser de utilidad, pero en algunas situaciones están muy distantes de saber la verdad o al menos tu verdad. Si tú no te das cuenta y arbitrariamente abandonas tu certeza, caíste en la trampa. Esto consiste en tomar la opinión de otros sin darte cuenta de que lo hiciste y tirar tu verdad por la ventana, dudando de ti mismo.
¿Cuál es la solución? CONFÍA EN TI MISMO Y NO LE COMPRES LA IDEA ¡A NADIE!
En vez de sentirte herid@ o ponerte a la defensiva, deja la emoción ahí por un momento. Date un momento para inspeccionar que se ha dicho en ese momento. Si no es cierto y hay que aprender de esto, entonces reconoce a ti mismo tu propia verdad y que a veces las personas hacen comentarios porque están enojados.
Este simple reconocimiento logra cuatro cosas:
- Te previene de dar vueltas en sí mismo
- Te evita meterte en un misterio sin posibilidad de resolución
- Libera el estrés por lo que otra persona pueda decir sobre ti.
- Te da certeza sobre ti mismo y tu propia verdad.
Cada individuo tiene el derecho de expresar y tener su opinión. Pero cuando tú conscientemente distingues entre tu opinión y las opiniones de otros, das respeto a los otros y a ti mismo, contribuyendo a mayor productividad y una vida exitosa.
¡Milagros y bendiciones!
Rosy D’Amico